Venta de drogas y armas, ‘ciberpirámides’, pornografía infantil, estafas, inducción al suicidio, secuestro de información, hurto a cuentas bancarias y tarjetas de crédito, extorsiones sexuales, suplantación de personas y hasta hechos de corrupción cuyo rastro intenta borrarse a través del ciberespacio. Esos son algunos de los delitos que se están cometiendo vía internet en el país y su aumento constante ha convertido esa plataforma en un nuevo frente de batalla contra el crimen organizado.

Desde el 2016, la Fiscalía y la Policía vienen reportando el incremento de los delitos perpetrados en la red, incluso por bandas establecidas en otros países. Ese año, la Fiscalía abrió 8.682 investigaciones por ciberdelitos. El año pasado las noticias criminales se incrementaron a 11.332, lo que representa un aumento del 31 por ciento. En los primeros diez días del año ya van 609 denuncias en la Fiscalía, cuando en el mismo periodo del año pasado fueron 201. Esto representa un incremento del 202 %. De hecho, los delitos informáticos aparecen en el top de los que más se incrementaron el año pasado.

Entre los casos que ya se han denunciado en la última semana está el de una empresa del norte de Bogotá, a la que le encriptaron toda la información de su contabilidad y le piden una fuerte suma de dinero para entregar las nuevas claves que permitan acceder a la información. El pago exigido, de contera, es en bitcoines. 

En la denuncia, conocida por este diario, dice que durante 12 horas los sistemas de la empresa fueron secuestrados a distancia. El rastro muestra que se violó la seguridad de servidores de información en Holanda y que uno a uno todos los filtros de seguridad locales cayeron hasta que todos los equipos quedaron bloqueados.

Según un estudio de la firma de seguridad informática Eset, en el último año un 46,7 por ciento de las empresas de Colombia sufrió algún tipo de incidente de seguridad relacionado con la red. Las autoridades señalan que los ciudadanos son las principales víctimas de esos delitos, seguidos por el sector financiero, educativo y las entidades estatales.

Es tal la cantidad de nuevos casos que la Policía y la Fiscalía activaron sus páginas de internet para recibir las denuncias y poder iniciar las investigaciones rápidamente, antes de que los delincuentes logren borrar las pistas virtuales. Una de las modalidades que siguen en el top de las estadísticas es el carding (uso no autorizado de las tarjetas de crédito, cuentas bancarias y otras informaciones financiera de la víctima). Luego de obtener la información de la persona se hacen compras especialmente de tiquetes aéreos, suscripciones a servicios, transporte y hasta pago de impuestos. 

Aunque cada vez es más frecuente el robo de datos a través de programas maliciosos, muchos incautos siguen entregando datos claves al responder correos electrónicos o alertas supuestamente emitidos por sus entidades bancarias. Las autoridades advierten que hay casi 1.400 denuncias por más de 7.700 millones de pesos por una estafa que se realiza a través de la clonación de tarjetas SIM. Como cada vez se realizan más operaciones bancarias desde los teléfonos móviles, los ladrones han encontrado allí una lucrativa fuente de ingresos. Las cuentas de las autoridades cifran en por lo menos 136 mil millones de pesos el monto de lo hurtado a través de las diferentes modalidades de crimen en la red.

El viernes pasado, un ciudadano de 46 años denunció uno de esos casos. Ese día estuvo por varias horas sin servicio de celular y cuando se restableció encontró mensajes de su banco en el que le informaban de movimientos de su cuenta bancaria por 1’900.000 pesos. Al consultar con su operador de telefonía encontró que ese día se había solicitado la reposición de su SIM card por deterioro, trámite que la víctima no realizó. 

Una de las prácticas más preocupantes es la inducción al daño físico, que ya tiene capítulos en todo el mundo. Las autoridades han detectado páginas en las que se plantea a las personas una serie de retos que pueden terminar en la muerte. El CAI virtual de la Policía ha lanzado 508 alertas por esta práctica, lo que permitió llegar a tres grupos privados que tenían siete administradores los cuales fueron eliminados en Colombia. Se detectaron 15 usuarios que seguían a esos grupos y se aplicaron 4.000 restricciones a usuarios menores de edad que pretendían ingresar a ellos.

Y una mujer de 30 años de Medellín denunció que el 29 de diciembre le fue hackeada su cuenta de Facebook y su número de WhatsApp. Pese a que ella cambió todas sus cuentas, ya habían sido publicado en una página de internet foto suyas, números de contacto y datos como la ubicación de su casa. Otra víctima denunció que ingresaron ilegalmente a sus redes sociales y le borraron sus fotos: en lugar de ellas pusieron fotos de animales.

Investigadores señalan que detrás de ese tipo de practicas hay desde jóvenes que se
ponen retos para demostrar sus capacidades, hasta delincuentes buscando conseguir información privilegiada 
de los amigos y contactos de las víctimas.

Y en muchos casos se pretende simplemente dañar a las personas, como el caso de una mujer de 19 años que reportó que a través de redes sociales se está divulgando información que la señala como portadora del virus del VIH. El responsable de esa acción ya está siendo identificado y se expone a cárcel superior a cinco años.

¿Cómo evitar los ataques y robos?

La Policía, a través de su Centro Cibernético, está haciendo recomendaciones para evitar que sea víctima del cibercrimen.

Proteja los dispositivos conectados a internet.

Elimine siempre los archivos o correos sospechosos.

Evite hacer clic en vínculos o archivos desconocidos.

Guarde con frecuencia una copia de seguridad de sus archivos (backup).

Revise periódicamente sus movimientos de tarjetas de crédito.

Cuando compre por internet verifique que el portal cuente con protocolos de seguridad.

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